El día de acción de gracias

La historia nos dice

Por lo que actualmente tenemos entendido, el día de acción de gracias no es una celebración que tenga su origen en la actualidad precisamente. Gracias al trabajo de numerosos historiadores, hoy sabemos que el verdadero origen de este día tan especial, tanto en estados unidos, como en Canadá, tiene lugar durante la primera mitad del siglo XVII, en la colonia de Plymouth, Massachusetts.
Lo verdaderamente destacable, de un día tan señalado como éste, es el motivo de su celebración. Es difícil encontrar en lo largo y ancho de nuestra historia momentos en que, como este, surjan tradiciones que han perdurado en el tiempo y que el motivo de su causa, se encuentre en algo tan maravilloso como el altruismo y el desinterés.

Según nos cuenta la historia escrita, la zona donde estos primeros colonos se establecieron se encontraba azotada por las inclemencias del tiempo, el invierno, los primeros fríos y lluvias, dificultaron mucho las tareas de avituallamiento, puesto que, a su llegada, su previsión de víveres era escasa. Este fue entonces, el motivo por el cual muchos de estos primeros colonos empezaron a fenecer pasto de la hambruna y el frio.
No obstante, es gratificante ver cómo, aunque no suceda todas las veces que serían deseables, llega el momento en que surge el milagro del ser humano, el momento en que consigue hallar la sabiduría necesaria como para olvidarse de sí y actuar en pro de un bien mayor, la comunidad.
Esto sucedió cuando los nativos de la zona, salieron al encuentro de estos nuevos colonos. Estos primeros, con una actitud agradable, y de sincero altruismo, se propusieron instruir en lo necesario para poder formar en materia de caza, pesca, cultivo y recolección a los nuevos colonos prestando toda la ayuda que en el momento estuviese a su alcance.
Con todo, y en agradecimiento al servicio prestado por los indígenas autóctonos, se ofreció una celebración donde pudieron compartir todo tipo de alimentos que los colonos con su ayuda fueron capaces de almacenar.
Dicha tradición se extendió tanto por el territorio como por el tiempo hasta que el presidente Abraham Lincoln proclamó oficialmente en 1863 que, cada último jueves de noviembre como un día de fiesta nacional en que se celebraría la acción de gracias. Lo que se siguió de esta celebración es ya, de sobra conocida.

Una cena copiosa y alegre

Si por algo conocemos la tradicional celebración del día de acción de gracias, es principalmente por las copiosas cenas con manjares como el tradicional pavo asado relleno, habitualmente de pan de maíz y salvia, regado de la deliciosa salsa de arándanos rojos.
Guarniciones de verduras y postres tan clásicos como la tarta de calabaza todo preparado con la delicadeza y amor que solo la familia es capaz de ofrecer por las familias, en el caluroso seno de sus hogares, pasando largas horas en la cocina, para que todo esté a punto para el momento más significativo de la noche, la sentada familiar alrededor de la mesa, momento en que agradecer a la divina providencia todo lo bueno acontecido durante el año a todos y cada uno de los miembros de la familia.

Compras, regalos y obsequios

Como es natural, los días previos a acción de gracias muchos comercios dedicados a la venta de productos de regalo hacen su “pequeño agosto antes de diciembre”, pese a que, normalmente los negocios comerciales permanecen cerrados durante el mismo día de acción de gracias. Tan solo algunos de los grandes almacenes y centros comerciales de más prestigio suelen estar abiertos, así como todos los negocios dedicados a la restauración, bares, etc.
Es el viernes siguiente, cuando se reanudan de nuevo todas las compras navideñas, momento en que grandes almacenes y tiendas reabren sus puertas pero, esta vez, ofreciendo descuentos en muchos de sus productos y artículos para incentivar la venta masiva en sus campañas de navidad.
El motivo que empuja al tener ese detalle con los seres más queridos siempre es el deseo de manifestar ese amor, cariño y apego a través de obsequios que las personas escogen pensado en los gustos, preferencias y en medida de lo posible, los deseos de cada uno.
Siempre es un buen momento para expresar a esas personas más cercanas, las cuales configuran nuestro entorno, y no solo me refiero a la familia, sino a amistades profundas y parejas sentimentales, nuestro afecto, amor y cariño y por eso existe la tendencia a regalar algo especial. Algo tan especial como lo que, desde Clemència Peris, nos esforzamos en trabajar para ofrecer a nuestros clientes, un producto sofisticado, artesanal y de gran valor artístico en una amplia gama de productos en el que siempre podrán encontrar el que se ajuste a sus necesidades.
Por eso con un gran orgullo y respeto, desde Clemència Peris les deseamos un feliz día de acción de gracias.