Los anillos de compromiso de oro blanco, como los que diseñamos en Clemència Peris, suelen estar recubiertos por una capa de rodio. Este metal precioso no solo mejora el brillo y el color de la joya, sino que también la protege del desgaste diario. Sin embargo, con el tiempo y el uso, este baño de rodio puede perder su intensidad. En este artículo te explicamos qué es el baño de rodio, cómo se limpia correctamente y cómo mantenerlo para que tu anillo conserve su belleza original.
El baño de rodio es un recubrimiento superficial que se aplica a las joyas, especialmente a aquellas de oro blanco, para otorgarles un color más brillante, uniforme y un acabado más resistente. El rodio es un metal del grupo del platino, extremadamente raro, valioso y resistente a la corrosión.
El baño de rodio también ayuda a disimular pequeñas imperfecciones de la joya y mejora su tolerancia al contacto con la piel, especialmente en personas con alergias. Aunque no modifica la composición de la joya, sí mejora notablemente su aspecto. Dependiendo del uso, es normal que esta capa se desgaste con el tiempo, haciendo que el anillo pierda su color inicial o se vea más apagado.
En cuanto a su coste, el baño de rodio no suele encarecer mucho el precio de una joya, pero sí aporta un valor visual muy significativo.
Se aplica mediante un proceso de galvanoplastia, en el que la joya se sumerge en una solución que contiene rodio y, mediante corriente eléctrica, se adhiere una fina capa de este metal sobre la superficie. Es un proceso controlado y preciso, realizado por profesionales en talleres especializados.
Las joyas con baño de rodio, especialmente las de oro blanco, tienen un color más blanco y brillante que el oro sin tratar. Si notas que tu anillo tiene un tono amarillento en algunas zonas, puede que el baño se haya desgastado. En caso de duda, un joyero profesional puede confirmarlo mediante una inspección visual o pruebas específicas.
Limpiar joyas con baño de rodio requiere cuidado para no dañar la capa superficial. A continuación, te explicamos cómo hacerlo en casa sin comprometer el acabado cuando notes que el baño de rodio se pone feo:
Otros consejos que queremos darte para evitar cuidar del baño de rodio de tus joyas:
El baño de rodio se utiliza principalmente en joyas de oro blanco, pero también puede aplicarse en otras piezas para darles un acabado más brillante o mejorar su resistencia al desgaste. Algunas de las joyas más comunes que pueden llevar este tratamiento son:
El baño de rodio se desgasta de forma natural con el uso, pero ciertos hábitos pueden acelerar este proceso. Por ejemplo:
Una de las preguntas frecuentes es si el rodio se oxida con el agua. La respuesta es no, el rodio no se oxida, pero el agua, especialmente si contiene productos químicos, puede deteriorar el baño con el tiempo.
Si tu anillo o joya ha perdido el brillo característico del rodio, la solución más adecuada es volver a aplicar el baño de rodio. Este proceso debe realizarse en un taller profesional, donde se limpia la joya, se pule y se aplica una nueva capa de rodio para devolverle su aspecto original.
Este mantenimiento puede hacerse cada 1 o 2 años, dependiendo del uso que se le dé a la pieza. No es costoso y prolonga la vida estética de tu joya.
Sí, el rodio es un metal hipoalergénico, lo que significa que es muy poco probable que cause reacciones en la piel. Por eso, muchas personas con alergias al níquel o al oro prefieren este tipo de recubrimientos. Además, su superficie lisa y resistente ayuda a evitar la acumulación de bacterias o suciedad.
Generalmente, entre 12 y 24 meses, dependiendo del uso, el tipo de piel y el cuidado diario.
Limpia la joya con agua tibia, jabón neutro y un cepillo suave. Evita productos abrasivos. Para un brillo profesional, se recomienda renovar el baño en un taller especializado.
No es recomendable. Aunque el rodio no se oxida, el agua con cloro o sales puede deteriorar el recubrimiento con el tiempo.
No, el agua no oxida este tipo de material pero sí que ducharse o bañarse a menudo con una joya bañada de rodio puede terminar deteriorarla por culpa de los productos químicos que se encuentran en los jabones.