¿UN DESEO? UNA RIVIERE DE DIAMANTES
Como decía Marilyn Monroe en su fantástica canción… “Diamonds are a girl’s best friends”, ¡y qué razón tenía! No sabemos exactamente cuál es el ingrediente secreto que poseen estas piedras preciosas que hace que todas las mujeres del planeta sientan un amor incondicional hacia ellas. Quizás sea su luz, quizá sea su belleza infinita o quizá sea el hecho de que nos hagan soñar. Y si por nosotras fuera poseeríamos tropecientos, de eso no hay duda. Igual es este el motivo por el que nos atraen muchísimo más de lo normal los diamantes, ese momento en el que los vemos en multitud, más concretamente uno detrás de otro, colocados en fila india y formando una espectacular riviere de diamantes. ¿Quién no ha soñado alguna vez en poseer una?
LA RIVIERE DE DIAMANTES
Como es bien sabido, la riviere hace referencia a una continuidad de diamantes, colocados en hilera, uno tras otro formando así una pulsera. Pero, ¿de dónde proviene su nombre? El nombre de esta tradicional pulsera o brazalete proviene de la línea brillante que evocan las luces de la riviera por la noche. Similitud que hace muy acertadamente un guiño al resplandor que evocan ambas cosas. Ya que si por algo se caracterizan los diamantes de buena calidad es por tener la capacidad de brillar como nada. Se trata de una pieza que resiste muy dignamente el paso del tiempo, es completamente atemporal y nunca ha pasado de moda (y esperemos que nunca lo haga). El diseño de una riviere es fino, delicado y minimalista aunque a su vez posee una fuerza y una esplendor arrolladora. La montura de una riviere de diamantes se suele presentar de dos formas. La primera de ellas hace referencia a una montura con grapas. Normalmente son 4 las grapas que sujetan cada uno de los diamantes, aportando resistencia y estabilidad en su totalidad. Y la segunda de ellas es en forma de chatón, montura que redondea por completo al diamante. Otra de las cosas que se tiene que tener en cuenta a la hora de confeccionar una riviere de diamantes es el color del oro. Nosotros, para cualquiera de las opciones de montura, recomendamos con los ojos cerrados el oro blanco. El motivo es muy sencillo, la armonía que consiguen la continuidad de los diamantes con el oro blanco es única. Así como, con algunos solitarios, el oro amarillo puede ser una muy buena opción, para las rivieres de diamantes sería una pena utilizar este color para la confección, ya que no reluciría como debe hacerlo una pulsera de esta belleza. De hecho, es muy difícil encontrar una riviere que esté diseñada y confeccionada con oro amarillo u oro rosa, prácticamente no se encuentran.
EL USO DE UNA RIVIERE DE DIAMANTES
Años atrás, el uso de las rivieres estaba destinado únicamente a celebraciones de gran envergadura, como bodas, recepciones o veladas donde el dress code exigía vestidos de cóctel. Con ello, su uso quedaba limitado a cuatro días contados y se privaba a su dueña de disfrutarlo en más ocasiones. Más por pudor que por otra cosa, ya que llevarlo a diario se veía como un acto de querer aparentar riqueza (aunque no fuera esta la intención). Otra de las ocasiones en donde contadamente las vemos, es en las alfombras rojas, donde las celebrities las pueden lucir de la forma más natural posible. 
Gracias a Dios, este concepto ha ido evolucionando con los años y su uso ha cambiado radicalmente. Aunque podríamos decir que esta afirmación tiene matices. Enseguida lo vamos a ver. Actualmente, las mujeres que poseen una riviere quieren aprovechar su existencia para lucirla como se merece y no para dejarla encerrada dentro de una caja fuerte. Y la verdad es que han conseguido que su uso no se descontextualice y quede integrado a la perfección con un look diario, para ir a trabajar o durante una comida de amigas. Son muchas los casos en los que la riviere sale a la luz durante el día y su belleza es expuesta de manera informal. En estos casos, el brazalete puede ir acompañando al reloj, a otras pulseras o bien puede llevarse como pieza única. Ahora bien, como decíamos esta postura tiene matices, ya que en estos casos estaríamos hablando de rivieres que contienen diamantes pequeñitos. Únicamente las rivieres de diamantesfinitas valdrían en estos contextos que hemos descrito. Por el contrario, las rivieres con diamantes de un tamaño superior, continuarían estando reservadas para ocasiones especiales. muy comprensible si nos paramos a pensar en su valor. No nos sentiríamos muy seguros de pasear cada día por la calle una pieza que puede ascender a muchos miles de euros. Os presentamos dos de nuestras propuestas para que podáis cumplir vuestro deseo de poseer una. La primera de ellasincluye 45 diamantes brillantes de talla redonda con montura de oro blanco de 18 k y suman un total de 3,15kt. Un tamaño que haría que nos reserváramos su uso para ocasiones especiales. 
Esta segunda opción, son 60 los diamantes en talla brillante los que dan forma a la riviere. Su montura es de oro blanco de 18 k y su peso asciende a un total de 1,9kt. Al contrario de la anterior, el tamaño de sus piedras nos permitiría lucirla de forma más asidua y formal. 
