¿Cómo limpiar las joyas que contienen perlas?

Hace poco, compartíamos con todos vosotros la importancia de mantener limpias y radiantes nuestras joyas con diamantes.

En el post “cómo limpiar las joyas con diamantes” os enseñábamos cuál era la mejor manera para mantener impolutas vuestras piezas de alta joyería que tenían los diamantes como protagonistas.

A raíz de este post, fuisteis muchos los que nos escribisteis para preguntarnos si podíais seguir estos pasos para limpiar todo tipo de joyas o qué pautas teníais qué seguir para limpiar otras piedras preciosas.

A raíz de ello, queremos seguir enseñándoos truquitos, y es por eso que hoy vamos a dedicar un nuevo post a la limpieza, pero esta vez vamos a poner el foco en las piedras naturales por excelencia, las perlas.

limpiar joyas con perlas

Cómo limpiar las perlas

Las perlas son maravillosas piedras que nos brinda la naturaleza y se consideran materia orgánica pura, motivo por el que debemos ser extremadamente cuidadosos con su conservación.

Es muy importante que se conserven las perlas a temperatura constante, huyendo lo máximo posible de los cambios bruscos de temperatura y sobre todo, el contacto directo con fuentes de calor, ya que pueden llevar a su desecación.

Como hemos dicho, las perlas están recubiertas por materia orgánica, por lo que es muy fácil que los cambios bruscos o la humedad acaben dañando su aspecto.

Cuando una perla pierde su brillo se dice que ésta muere, ya que su brillo natural es imposible de recuperar. De forma paulatina, la perla va perdiendo su brillo y empieza a verse mate.

Luego pueden aparecer fisuras y grietas en el nácar y puede empezar a perder “hojas”. Es por eso que es sumamente importante dedicarle especial cuidado a estas piedras para prolongar su belleza.

Aunque no os preocupéis, porque se estima que la vida de una perla es de unos doscientos años. Incluso existen joyas que tienen varios siglos y se encuentran en perfecto estado. Ahora sí, ha llegado el momento de desvelaros los trucos para que vuestras perlas luzcan siempre impolutas.

joyas con perlas

  • Evitar a toda costa el contacto directo con alcoholes. Cuando queramos aplicarnos perfume, es importantísimo hacerlo antes de ponernos las joyas, ya sean collares o pendientes.
  • Lo mismo deberíamos hacer a la hora de maquillarnos y de ponernos laca.
  • No ducharnos con las perlas puestas, ni siquiera con pendientes que contengan alguna perla pequeñita. Parece una tontería porque pensaréis “el agua las lava”. Y aunque las perlas necesitan agua, el jabón y el champoo atacan y dañan directamente las perlas. ¡Y por supuesto, no os metáis en la piscina con ellas! El cloro es muy dañino.
  • No solo el contacto con estas sustancias puede dañar el brillo de la perla. Las grasas naturales que segrega nuestro cuerpo y la sudoración puede afectar su aspecto también (aunque normalmente en menor medida). Es por eso que os aconsejamos que después de su uso las frotéis delicadamente con una gamuza suave mojada un poco en agua. Si notáis que están bastante sucias, podéis añadir un poco de jabón con un PH similar al del agua (PH7). De esta forma, eliminaremos los residuos que puedan contener.
  • El agua es fundamental para evitar su desecación. Pero atentos, aunque las perlas agradecen con creces el contacto directo con el agua, no sumerjáis nunca un collar de perlas entero, ya que dañaría el hilo de pasado que las sujeta, pudiéndose romper. Si se os moja el hilo, bajo ningún concepto dejéis secar el collar colgado, ponerlo en una superficie horizontal estirado sobre un paño o toalla.
  • Cuando limpiéis pendientes o anillos que contengan alguna perla, aseguraos de que éstas se encuentran bien sujetas. El pegamento con el que se fijan se puede acabar degradando, es por eso que es importante comprobar habitualmente si sigue en buen estado, de lo contrario podríamos favorecer a su despegue total.
  • Evitad utilizar cepillos a la hora de limpiar las joyas con perlas, si estos se encuentran en mal estado podrían acabar rayándolas.
  • No solo debemos ser cuidadosos a la hora de ponernos y llevar nuestras perlas. Es tan o más importante que las guardemos debidamente. Debemos evitar guardar las perlas con el resto de joyas, ya que la perla es mucho más blanda que el resto de los metales con los que suelen estar fabricadas las joyas y las rozaduras y las fricciones las podrían rayar. Una forma ideal de conservar en buen estado nuestras joyas con perlas es envolverlas en una gamuza limpia y seca de algodón o terciopelo en el mismo estuche donde nos las entregaron cuando las compramos.

Para las amantes de las joyas con perlas, hemos seleccionado estos pendientes de perlas para que los conozcáis. Se trata de unos maravillosos pendientes de oro blanco de 18kt en forma de cascada, compuestos por dos diamantes talla brillante de 0,7kt cada uno, seguidos de 8 diamantes y acabados con 2 perlas australianas grises.

Lo alucinante de este exclusivo diseño, es que estos pendientes son desmontables, por lo que los dos diamantes grandes pueden usarse independientemente siempre que se quiera.

pendientes con perlas pendientes con perlas