Todos tenemos debilidad por algo, ya sea material o emocional. Algo que te remueve por dentro y con lo que te sientes identificado. Algo que cuando lo ves te nace una necesidad, hasta el momento inexistente, de poseerlo inmediatamente. Algo que no te puedes sacar de la cabeza y que sabes que tiene que ser para ti. Este sentimiento es el que nos han manifestado muchas veces nuestras clientas. “¡Me he enamorado de este anillo de diamante, lleva mi nombre!” o “acabo de ver en la web un anillo que no me puedo sacar de la cabeza”.
Estos pensamientos son los que valen. Aquí no hay lugar para dudas, al contrario. Si hay amor a primera vista, no te lo pienses, da el paso y acertarás. Si decides no hacerlo muy probablemente empezarás a sentir remordimientos. Hecho que confirma tu absoluta devoción por esa pieza en cuestión.
Desde nuestro punto de vista, un anillo de diamante es para toda la vida. Son ese tipo de piezas que nunca van a perder valor y, lo más bonito, será el punto de unión entre tú, tu hija y la hija de tu hija. Son esas piezas que pueden pasar de generación en generación y que permiten que el recuerdo de un ser querido se mantenga intacto. ¿Quién no adora ese anillo de diamante que era de tu abuela y que tu madre te ha regalado el día de tu boda? Son piezas con un valor sentimental único que pueden llegar a ser cruciales en los días más importantes de tu vida.
Os contamos todo esto, porque realmente creemos de verdad que concretamente un anillo de diamante puede ser el principio de muchas cosas y de miles de recuerdos preciosos.
Existen muchos tipos de anillo de diamante y queremos aprovechar para enseñaros algunos de los diseños más bonitos:
Diamantes y oro blanco, sin lugar a dudas, la combinación por excelencia, esa que nunca falla. Se trata de un anillo de diamante confeccionado en oro blanco de 18kt; un modelo precioso que tiene la virtud de poderse usar tanto de día como de noche. Una montura en oro amarillo es la que sujeta y eleva ligeramente el diamante central de 0,28qt. Una joya de lo más versátil para toda la vida.
El siguiente anillo de diamante es un flechazo. Una pieza realizada en oro negro a la que acompañan 113 diamantes talla brillante que recorren las tres caras del anillo y que suman un total de 2,4qt. El oro negro tiene la virtud de hacer relucir como nadie la belleza de los diamantes y convertir esta pieza en una auténtica obra de arte.
La siguiente pieza es un anillo de diamante de oro amarillo de 18kt con un peso de 15,5gr que destaca principalmente por dos elementos. El primero de ellos la preciosa esmeralda natural de 1 quilate que se encuentra en la parte de arriba de la pieza. Y el segundo, los 116 diamantes talla brillante que conforman la parte inferior de la pieza y que suman un total de 2 quilates. La unión de estas dos partes da como resultado un ejercicio excepcional de alta joyería solo apto para los paladares más exquisitos.
Cuando los diamantes se encuentran rodeados por oro rosa, la dulzura y la delicadeza que nos brindan es exquisita. Y es que a veces no se necesita nada más para que un anillo sea perfecto. Esto ocurre con este espléndido anillo de diamante confeccionado con oro rosa de 18kt. Una pieza por la que recorren numerosos diamantes alrededor de su brazo que suman un peso aproximado de 1kt.
¿Qué pieza os ha gustado más? Os invitamos a que identifiquéis el anillo de diamante por el que sentís devoción. ¡Comenta y danos tu opinión!